Durante mucho tiempo, lo correcto parecía ser entrar a una empresa, quedarse allí por décadas y escalar poco a poco dentro de la misma organización. Esa escalera profesional tradicional ya ha sido derribada.
Una reciente encuesta global realizada por EY a jóvenes de entre 18 y 34 años en 10 países muestra una nueva realidad: para esta generación, cambiar de empleo —e incluso de industria— no es una señal de inestabilidad, sino una forma consciente de construir una carrera que les haga sentido. Esta mentalidad está empujando a las empresas a replantear sus procesos para atraer, gestionar y retener talento.
Una generación criada en lo global
Estos jóvenes son los primeros en haber crecido con acceso constante a la vida de los demás a través de redes sociales. Han estado expuestos desde siempre a la cultura global, las noticias de último momento y las tendencias virales en una misma pantalla.
El 94% afirma usar redes sociales todos los días, pero el 44% admite que desearía reducir su uso. Esta contradicción —hiperconectados pero buscando equilibrio— también se refleja en cómo piensan sus carreras: necesitan flexibilidad, propósito y salud mental, no solo estabilidad.
Ya no se escala, se explora
El 59% de los encuestados espera trabajar con entre dos y cinco empleadores a lo largo de su vida, y casi uno de cada cinco prevé cambiar de trabajo al menos seis veces.
Para ellos, “saltar de trabajo” no es sinónimo de falta de compromiso, sino una forma de adquirir habilidades diversas, experimentar nuevas áreas y mantenerse relevantes en un entorno laboral que cambia rápidamente.
Lo que antes era una “bandera roja” en un currículum, hoy es visto como parte de una trayectoria adaptativa y dinámica.
El éxito se redefine
Según el estudio, el éxito ya no se mide únicamente por títulos o salarios. La salud y el bienestar personal son la prioridad número uno para el 51% de los jóvenes, mientras que las relaciones familiares (45%) se posicionan por encima de la riqueza (42%) y el estatus profesional (41%).
Eso sí, la independencia financiera sigue siendo clave: el 87% considera que es muy o extremadamente importante. Pero más que un objetivo final, el dinero se ve como una herramienta para diseñar la vida que desean.
Sin prisa, pero con dirección
Esta generación entiende que ya no existe un único camino correcto. Comprar una casa, construir una carrera o incluso pensar en la jubilación, son decisiones que hoy se toman de forma más libre y personalizada.
En un mundo marcado por la incertidumbre, los jóvenes profesionales han aprendido que la verdadera seguridad está en la flexibilidad.
