Comenzar en un nuevo trabajo puede generar ansiedad, especialmente entre los jóvenes o quienes tienen poca experiencia laboral. Los primeros días suelen ser un desafío: el estrés y la tensión se hacen presentes mientras la persona trata de adaptarse a un entorno desconocido. Durante épocas de alta contratación, como el verano, esta situación se vuelve más frecuente, por lo que es útil conocer estrategias para manejarla de manera efectiva.
Según una encuesta de Monster, el 87% de las personas experimenta nervios al iniciar un nuevo empleo. Lourdes Carmona, comandante de vuelo con más de 30 años de experiencia y reconocida en gestión de equipos por la academia de Jack Canfield, señala que esta sensación es común, pero varía según la persona.
Carmona enfatiza que es posible prepararse para disminuir el impacto de estas emociones, aunque reconoce que hay factores que escapan del control individual. “Jefes, supervisores y compañeros también deben mostrar empatía. Comprender que existen errores, miedo a hablar en público y cierta vergüenza al integrarse en un entorno nuevo es fundamental. Presionar demasiado puede resultar contraproducente”, explica.
Para quienes inician un nuevo camino laboral —ya sean jóvenes, personas que regresan al trabajo tras un tiempo, inmigrantes o emprendedores—, Carmona ofrece varias recomendaciones clave:
- Reconocer nuestras capacidades: Evitar caer en el síndrome del impostor y valorar que fuimos seleccionados por nuestras habilidades y cualidades.
- Establecer metas claras: Planificar el proceso de adaptación, desde conocer el entorno hasta integrarse al equipo y automatizar tareas.
- Definir objetivos laborales concretos: Saber hasta dónde queremos llegar y evaluar nuestro progreso regularmente.
- Comprender las expectativas del superior: Esto permite alinear nuestros esfuerzos con lo que realmente se espera de nosotros.
- Practicar la autocrítica constructiva: Reflexionar sobre nuestro desempeño y compartirlo con los compañeros para mejorar continuamente.
- Aprovechar la diversidad del equipo: Rodearse de personas con distintos perfiles enriquece tanto la experiencia profesional como el crecimiento personal.
Adaptarse a un nuevo empleo requiere tiempo, paciencia y confianza en nuestras capacidades. Aplicar estas estrategias puede convertir la incertidumbre inicial en una oportunidad de aprendizaje y desarrollo profesional.
