La próxima reducción de la jornada laboral en España está marcando un antes y un después en el debate sobre productividad, bienestar y competitividad. Impulsada por el Gobierno, esta medida propone disminuir la semana laboral de 40 a 37,5 horas sin modificar los salarios. Aunque su objetivo es claro: favorecer el equilibrio entre vida personal y profesional, también representa un desafío para muchas organizaciones.
Este ajuste llega en un momento en el que la productividad en España crece más lentamente que en otras economías europeas. Según Eurostat, mientras Alemania y Francia han incrementado su productividad por hora en un 7% y 6% respectivamente en la última década, España apenas ha logrado un 1.5%. La historia demuestra que las reducciones de jornada solo son sostenibles si se acompañan de mejoras en eficiencia. De lo contrario, las empresas pueden ver comprometida su competitividad.
La clave: trabajar mejor, no solo menos
Adaptarse a esta nueva realidad no significa simplemente condensar el trabajo en menos horas. Requiere un rediseño de los procesos, estructuras y herramientas. Las organizaciones que consigan reconfigurar sus operaciones sin sacrificar calidad ni sobrecargar al personal estarán en clara ventaja.
Aquí es donde la tecnología se convierte en un aliado estratégico. La automatización de tareas, el uso inteligente de los datos y la optimización de flujos de trabajo permiten aprovechar cada hora de trabajo al máximo. Por ejemplo, soluciones ERP en departamentos como finanzas han logrado agilizar tareas como la contabilidad o la planificación, liberando tiempo para enfoques más estratégicos. De hecho, un estudio de Cegid y ASSET muestra que el 73% de los directores financieros en España ya utilizan ERPs como herramienta clave en su gestión diaria.
La digitalización no se queda solo en los números. En sectores como la industria, la logística o los servicios profesionales, herramientas basadas en la nube y plataformas colaborativas permiten a los equipos coordinarse mejor, reducir reuniones innecesarias y tomar decisiones más informadas en tiempo real.
Una oportunidad para evolucionar
Más allá de un cambio normativo, esta reducción horaria representa una oportunidad de transformación para las empresas. Es el momento ideal para repensar cómo trabajamos, cómo gestionamos el tiempo y qué valoramos como organización. Con el apoyo de la tecnología, una buena planificación y un liderazgo enfocado en resultados, es posible lograr un entorno más eficiente, ágil y humano.
Las empresas que asuman el reto con visión de futuro no solo se adaptarán mejor: atraerán y retendrán talento, elevarán el bienestar de sus equipos y estarán preparadas para liderar el futuro del trabajo. Porque el verdadero diferencial no será quién trabaje más, sino quién sepa trabajar mejor.
