En el entorno empresarial actual, marcado por la velocidad del cambio, la innovación constante y la incertidumbre económica, el aprendizaje continuo ya no es una opción: es una necesidad estratégica. Las organizaciones que buscan crecer de forma sostenible deben invertir en estrategias de formación personalizadas e inclusivas, diseñadas para potenciar equipos multigeneracionales.
Aprendizaje continuo: clave para adaptarse y crecer
El aprendizaje y desarrollo (L&D, por sus siglas en inglés) permite que los colaboradores se mantengan actualizados, respondan con agilidad a los cambios de la industria y contribuyan de forma activa al éxito de la organización. Pero lograrlo implica comprender que cada generación —desde baby boomers hasta Gen Z— tiene necesidades y preferencias distintas.
Mientras que algunos colaboradores prefieren métodos tradicionales de capacitación, los más jóvenes valoran entornos de aprendizaje digital, experiencias inmersivas y dinámicas gamificadas. Por ello, es esencial implementar soluciones personalizadas de aprendizaje, capaces de generar mayor participación y resultados reales.
Retroalimentación, doble bucle y pensamiento “feedforward”
En una cultura de aprendizaje continuo, los mecanismos de retroalimentación y el enfoque de aprendizaje en doble bucle son herramientas clave.
El aprendizaje en doble bucle va más allá de ajustar conductas según una retroalimentación. Implica cuestionar supuestos y modelos mentales, lo que permite a las personas y empresas innovar, adaptarse mejor y evolucionar con rapidez.
En lugar de enfocarse solo en los errores pasados (feedback), el pensamiento feedforward propone un enfoque orientado al futuro, con sugerencias concretas de mejora. Por ejemplo:
- Feedback: “No participaste en la junta de ayer. Eso afecta tu imagen profesional.”
- Feedforward: “Si en la próxima junta participas activamente, podrías destacar y abrirte oportunidades de liderazgo.”
Este tipo de comunicación refuerza el crecimiento y el desarrollo continuo dentro de los equipos.
Nuevas prioridades: aprender antes que ascender
Cada vez más jóvenes priorizan la posibilidad de aprender, experimentar y aportar, por encima de los títulos o el salario. Esto plantea un reto y una oportunidad para las empresas: integrar el desarrollo profesional dentro de sus planes de retención de talento.
Proyectos rotativos, desafíos reales y participación activa en diferentes áreas pueden convertirse en herramientas poderosas para atraer y mantener al mejor talento, especialmente en un mundo donde las trayectorias profesionales tienden a ser más fluidas que lineales.
Modelos efectivos de aprendizaje y mentoría
Uno de los enfoques más eficaces es el modelo 70-20-10:
- 70% del aprendizaje se da en experiencias reales y desafíos laborales.
- 20% a través de mentoría y colaboración con pares.
- 10% mediante formación formal o académica.
Este modelo pone el énfasis en el aprendizaje práctico y colaborativo. Para fortalecerlo, es fundamental contar con líderes formados, mentores activos y una cultura que favorezca tanto el compartir conocimiento como la apertura al cambio.
Además, implementar esquemas de mentorías inversas (donde jóvenes enseñan a colaboradores más experimentados sobre herramientas digitales o nuevas tendencias) puede romper barreras generacionales y acelerar la transformación digital.
Aprender como cultura, no como evento
Una organización verdaderamente preparada para el futuro es aquella que hace del aprendizaje parte de su ADN. Esto requiere procesos, mediciones y una mentalidad abierta al cambio en todos los niveles.
En StarsUp, impulsamos una cultura de alto desempeño a través de herramientas que fortalecen el desarrollo de cada colaborador, fomentan la colaboración entre generaciones y hacen del aprendizaje una práctica constante.
